Métrica



1. El verso.
El verso octosílabo domina en el libro y solamente es sustituido en algunas ocasiones (primer verso de "La casada infiel": ‘Y que yo me la llevé al río’ (10) y el romance "Burla de don Pedro a caballo": hay versos octosílabos, pero la mayoría de los versos son heptasílabos y hexasílabos; también los hay trisílabos, tetrasílabos, pentasílabos y endecasílabos. Dos poemas, "La casada infiel" y el "Romance del Emplazado" presentan un número impar de versos. En ambos casos se debe a que pone en el comienzo del poema un número impar de versos con rima asonantada.

Y que yo me la llevé al río
Creyendo que era mozuela,
Pero tenía marido. ("La casada infiel")

¡Mi soledad sin descanso! ("Romance del emplazado").

Los romances más breves pertenecen a la primera época de redacción y los más largos a la última fase.

2. La rima
Es fiel a la tradición de la asonancia en los versos pares, con versos impares sueltos. Catorce romances se limitan a lo que el romancero tradicional tenía por norma: una sola asonancia en toda la composición. Algunos romances se dividen en secciones que varían la asonancia. Hay también alguna rima aguda ("Muerte de A. el Camborio"), poco frecuente en la tradición.

3. Distribución estrófica.
En los romances de Lorca suele haber subsecciones que vienen marcadas, o bien con un espacio en blanco, o bien con un sistema de asteriscos de separación.
Las secuencias narrativas suponen movilidad y cambio, bien de espacio, bien de tiempo, o de personaje, perspectiva, etc., lo que justifica las separaciones.

4. Romance épico-dramático-lírico.
Existe en todos los romances lorquianos un nivel básico de tipo narrativo: un episodio, un fragmento narrativo, una anécdota. Cada romance es un breve segmento de un conjunto mucho más amplio cuyos rasgos generales y explicativos sólo se sugieren, dejando así un lugar al misterio. Presenta características propias del romance tradicional (comienzo in medias res, finales truncados)

Pero son muchos los romances que introducen, como ya hacía el romance tradicional, un diálogo entre sus personajes. Algunos constituyen verdaderas piezas dramáticas. (Diálogo entre la luna y el niño, en el "Romance de la luna, luna"; diálogo entre el gitano y su compadre en el "Romance sonámbulo", etc.). Algún crítico señaló que Lorca había inventado el romance dramático.

El romance de Lorca es  una forma mixta y unificada de acción, de escenas en diálogo y de comentario lírico-expresivo, un romance que es a la vez épica, drama y lírica.